Indudablemente, el exquisito sabor de la ostra se aprecia por si mismo, por lo que degustarlas al natural siempre va a seguir siendo una de las primeras elecciones para quiénes apreciamos el intenso sabor y todos los matices de este delicioso molusco.

Pero no está de más conocer las contribuciones que la cocina moderna ha hecho a favor de ampliar las distintas formas en las que podemos saborear una ostra.
En la actualidad, muchos clientes demandan distintos tipos de presentaciones que les permitan captar los diferentes matices que una forma de preparación determinada, o un maridaje concreto, pueden aportarles.
Empezando por la forma de consumo. Habitualmente la ostra se consume fresca y viva, pero también es posible escaldarla muy brevemente en agua marina para así consumirla ligeramente templada.
Las nuevas formas de preparación y presentación de las ostras son variadas, desde las más complejas, en las que se incorporan todo tipo de salsas, hasta aquellas en las que únicamente se pretende realzar sabores con ingredientes específicos como especias y hierbas.
Pero, para maridar correctamente una ostra, los expertos deben tener en cuenta diferentes aspectos como el calibre de la misma y su sabor específico. Como ya hemos comentado en otras ocasiones existe una amplia variedad de ostras, cada una con sus propias peculiadidades.
Además, debemos tener en cuenta que la ostra es un producto con suficiente entidad propia. Esto quiere decir que aquí se cumple la máxima de “menos es más”. Una preparación diferente debe respetar siempre la naturaleza y sabor intrínsecos de la ostra, no “camuflarlos” o cambiarlos de tal forma que se pierda su esencia, si no, en todo caso, potenciarlo o complementarlo.

Y ¿Cuáles son los sabores que más triunfan a la hora de combinar con ostras?
Siempre teniendo en cuenta la variedad de la ostra y su sabor particular, podemos jugar a combinarlas con diferentes sabores cítricos, o sabores más orientales como la salsa de soja, hierbas…
Jugar con las texturas es otro de los aspectos novedosos de la cocina moderna, algo que también se aplica a las ostras. De esta forma se pueden incorporar pequeños toques como chalota o pepino, cuya frescura además combina muy bien.
A partir de aquí, el límite solo está en la imaginación, gusto y conocimiento del cocinero. De esta forma podemos encontrar preparaciones tan particulares como ahumadas, combinadas con frutos secos o frutas.
¿Te atreves a probar una forma diferente de degustar las ostras?